domingo, 25 de marzo de 2012

Después de que oscuros vientos arrasaron o un remolino en la tierra boscosa

Después de que oscuros vientos arrasaron o un remolino en la tierra boscosa
                                                                      Por after dark vapors de Keats        

Después de que mentidas nublazones
aplastaron nuestros ríspidos llanos
que llanos con todo y crestas riesgosas
luminoso horizonte fueron
aun y aun soterrados
durante tiempo largo y de conformidades silentes
verdad encapsulada mantuvieron
en largo pasar a luz 
por compás de incierta fuminación
llegando en amanecida y retemplada
naciente de hermano aire sudoroso y sur,
limpios, en verbo hablando,
de todas las manchas dispares de cielos enfermos.

El mes angustioso, aliviado de sus dolores,
hace su ley y derecho a aspirar el olor de revida.
Visavida en suspensa intrigada respiración.
Pestañas azuzando a la frialdad pasajera juegan
como flor de fango con regocijados pétalos
escaldados por multiconvocadas rosas
persistentes, ya y todavía, en las gotas de lluvia
desvergonzando avaricia y costumbre.

Nos rodean, aquí, ahora, sosegados pensamientos
Apaciguados  y no 
menos incisivos no
y no si o sí
nos abrazan igual que hojas
de reconcilio –fruta madura en naturaleza muerta-
al resueno de  verano ido y removiente
de sonrisa en despunte sobre los acallados ramos
cual remedada mejilla de adolescente trunca
que añorase perfumado aliento de infancia
cuando la arena gradual atraviesa la revuelta y neta hora fijada
de un palabrero que no más    no manos    ni menos     puede
sino boquear influjos yertos  contra una pared dolorosamente vuelta
en costoso, repicante, vivo, angular y celuloso mortero.

viernes, 9 de marzo de 2012

Indolente viento sopla

El olor de los jazmines, como una niebla pálida,
menos presente que evocada
se aloja, zonza, entre mí y cuál yo demorado.
Y el viento del sur, arremete sólo para que
ecos de luz    ondas y cuerpos suspendidos siempre y en nunca   vacilante tensión
anden temblando zig y zag   sin explícitas nomenclaturas   sigan, sigan
como tajador goteo
clavándose en las persianas
en el mismo momento recio en que relojera y aficionada
mi ansiosa pregunta general en desespera
va rasgando el ramalazo de la lluvia contra la madera o hierro establecidos
por inquieto misterio a expugnar de los verdores lanzados en savia firme
conclaveada y estrecha   o reticente
ahí afuera, en la anochecida noche
de titilar negro
con viento sur mojado en la intemperie,
estupendo o estúpido paisaje
donde maldigo y digo
¿Por qué no estás para fortalecerme con
tu preciso y urgente amor reclamando?


Parecida niebla dura
concreta y asistente maldición

sábado, 3 de marzo de 2012

Preguntas al silencio enamorado

Cómo Gérard decir tu cara en amor y angustia
No pudo mi gesto, no pudo siquiera el soñar semblante, sonrisa, dulce recibimiento
Gérard, cuánta tu pasión en extremado recato confeso de falta de medida.

Cómo cerrar la puerta del cuarto cuando estoy dilucidando en charlas desencadenadas
cuestiones muy imperativamente raigales.