hay que verla como se contemplan las estrellas, el mar o
un paisaje
sin admonición o tiento
En la amarillada de los campos delegados
En el azul negro y avasallante de los cielos sin recua
En la oscura presencia de olas amartilladas
En verde seco de llanura domada
Así, así, habrá
de verse
Contemplativamente
Para que no
brillanteen chillonas las hojas asesinas
Ni se amengüeen
por terror las alturas vigiladas
Se despojen de
altura y cresta aguas de sal
O se aplaquen
estertores de hueso brillador
No así, habrán de verse,
no se ven, y se
retoban
Salvo cuando
estela segadora aplasta con ilusión de astilla
blanda tierra de
arados cruzada
campos cruzados
de arar,
mentidas
lamparitas enristradas en cinta de engañoso fulgor
agua insulsa estirándose entre pobre resaca
robada al poco terrón repudiado
Cegueras inducidas serán para torpe insulto
Por estallarse siempre en altura y coraje